La escuela: rapiña en Chiapas

Francisco Rodríguez

Aconseja la sabiduría popular que para tener la lengua suelta y la piel delgada primero hay que tener la cola limpia. No se puede ir por la vida, menos si se es una figura pública, con recatos y sensiblerías de doncella. En medio del tráfago de una función deben aguantarse los chaparrones y acusar recibo de las consecuencias.